El entrenamiento terminó, parada con el palo en la mano, uno se detiene un momento y se queda mirando la cancha. Tierra, pasto o sintético, el lugar donde jugamos. ¿Qué es lo que nos da la fuerza cada año para arrancar el campeonato? Los domingos me gusta dormir te dicen todos. -No estamos nunca juntos te dice tu novio. -Pensá en estudiar y trabajar te dicen tus parientes... Pensás por dentro y sonreís... ¿Qué saben ellos? ¿Qué saben ellos del hockey? ¿Qué saben ellos de la tensión y los nervios que no te dejan dormir un día antes del partido? ¿Qué saben ellos de lo que sentís cuando hacés un gol y tus compañeros te abrazan desesperadamente? ¿Qué saben ellos de la impotencia que se siente estar sentado en el banco de suplentes? ¿Qué saben ellos de lo que es ganar o perder un partido a 5 minutos del final? ¿Qué saben ellos lo que se siente cuando van todos a bailar y vos te morís por ir pero te tenés que acostar temprano para jugar al otro día? ¿Qué saben ellos lo que es jugar el clásico? ¿Qué saben ellos lo que es reunirte todos los días, con las personas que marcan tu vida, tus amigos? ¿Qué saben ellos de lo que amas este deporte? ¿Qué saben ellos lo que es perder una final? ¿Qué saben ellos lo que es salir campeón? ¿Qué saben ellos de la emoción, piel de gallina, el sentimiento que siente cada uno de nosotros, cuando leemos esta nota? ¿Y qué saben ellos? Si no lo sentís, no lo entendés.
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